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Día Mundial del Saneamiento

 

 

El reto de garantizar el saneamiento adecuado para todos

¿Sabías que 4.200 millones de personas no disponen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura? Tomar conciencia de este hecho es el objetivo del Día Mundial del Saneamiento, impulsado por las Naciones Unidas desde el año 2013, que se celebra el 19 de noviembre. Ante la crisis sanitaria, humanitaria y climática que esto supone, la organización hace una llamada a la acción para garantizar un saneamiento adecuado para todos.

Por este motivo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta para alcanzar un mundo más igualitario y justo, recogen en su sexto punto el compromiso de conseguir agua limpia y saneamiento para toda la población mundial de cara al año 2030. La pandemia de la COVID-19 ha evidenciado la importancia vital de ambos servicios para prevenir y contener las enfermedades infecciosas. Las alianzas publicoprivadas (punto 17 de los ODS) son básicas para universalizarlos.

Este año, las Naciones Unidas ponen el foco en el saneamiento sostenible y el cambio climático. Pero, ¿cómo puede un retrete ayudar a combatir la emergencia climática? Cuando imaginamos los efectos del cambio climático, pensamos en el deshielo de los casquetes polares o en la desertización de grandes extensiones de terreno antes cultivable. Pero, casi nunca pensamos en las consecuencias que afectan a nuestra vida cotidiana. El cambio climático, asimismo, constituye también una amenaza para un elemento básico en todos los hogares: el retrete.

El sistema de saneamiento, basado en la disponibilidad de agua y en la innovación que supusieron en su momento el sifón hidráulico y las cisternas domésticas conectadas a una red de desagüe común, se convirtió en un avance básico para la salubridad pública y aceleró el proceso de urbanización vinculado al desarrollo industrial. Ahora, en un momento crítico a causa de la crisis sanitaria, este salvavidas en la lucha contra la transmisión de enfermedades no está garantizado porque es vulnerable ante la violencia de los episodios climáticos.

Las inundaciones, las sequías y el aumento del nivel del mar pueden dañar cualquier parte de un sistema público de saneamiento -las tuberías, los tanques o las plantas de tratamiento- y provocar vertidos de aguas residuales. Esto puede generar una emergencia de salud pública, así como deteriorar el medio ambiente. Por este motivo, es urgente fortalecer los sistemas de saneamiento, especialmente en las grandes ciudades, para que resistan los episodios meteorológicos extremos y sean sostenibles.

El reto de evacuar cada vez más agua

SOREA y sus filiales tratan, anualmente, 132,6 hm3 de agua en las estaciones depuradores de aguas residuales. Para ello, aplican los principios básicos de la economía circular (reutilización de los recursos) en el saneamiento, así como la política de residuo cero y la autosuficiencia energética. La prioridad es tratar las aguas residuales para retornarlas al medio en buenas condiciones y con la calidad que exige la Directiva UE 21/271 y las normativas locales.

El nuevo reto ante el cambio climático es conseguir que las poblaciones evacuen con el menor impacto ecológico un flujo de agua (aguas residuales y fluviales) cada vez mayor. La solución pasa por la integración del alcantarillado con las depuradoras para así restituir en el medio natural las aguas captadas en las mejores condiciones posibles. Para conseguirlo, es necesaria una revolución en la gestión, de la mano de la digitalización y las nuevas tecnologías. Se trata de introducir sensores en toda la red, tratar los datos de forma global, elaborar programas de limpieza del alcantarillado y gestionar de forma integral los tanques y depósitos.

La innovación tecnológica en el saneamiento también es fundamental en la lucha contra la pandemia y en la cual es básica la anticipación. En este sentido, Agbar ha desarrollado City Sentinel, una herramienta de monitorización que detecta y cuantifica la presencia en las aguas residuales del virus SARS-CoV-2, permitiendo seguir la evolución del virus y predecir posibles rebrotes.

Un saneamiento responsable: nuestras acciones cuentan

Además, la compañía recuerda la importancia de no tirar al retrete ni por el desagüe colillas, aceite, productos para el cuidado personal (toallitas, tampones y bastoncillos, entre otros) ni medicamentos, ni mascarillas o guantes. El vertido de productos de difícil desintegración directamente por el desagüe provoca el deterioro de la red de saneamiento, así como graves daños en el medio ambiente, enormes pérdidas económicas y múltiples problemas para los usuarios que se encuentran con las tuberías de las instalaciones interiores obstruidas. ¡Recuerda que el retrete no es una papelera!